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Hay que probar estos platos españoles

13 mar 2018
Imagina por un momento que escuchas el relincho de un caballo. No, no acabaste en una granja, sino en el plató de El hombre más listo. Resulta que el caballo también puede hablar y lanza la siguiente pregunta: "¿Qué sabes de la cocina española?" Lleno de convicción, corres a través de la lista: "¡Paella, tapas, gazpacho, tortilla, sangría, STOP!". "Enhorabuena", dice Erik Van Looy. Tienes todo el derecho a darte una palmadita en la espalda: acabas de enumerar los cinco abanderados de la cocina española a una velocidad de vértigo. Pero, por supuesto, la cosa no acaba ahí. No es cierto que los españoles coman arroz amarillo con mejillones todos los días. Los belgas no comemos patatas fritas todos los días, ¿verdad? No, un máximo de cuatro veces por semana. Bromas aparte, España es un país grande y cada región tiene sus propias especialidades. Por ejemplo, la paella viene de Valencia. Y aunque hay características que unen a las regiones españolas -muchos productos frescos, carnes y pescados de alta calidad, el uso abundante de aceite de oliva-, cada región, cada ciudad, cada pueblo tiene sus propios sabores, olores y colores. En el País Vasco o en Galicia, en Asturias o en Valencia, no, en ningún restaurante comerás el mismo plato. O debería estar en la hamburguesería con la M amarilla... Y aunque Italia y Francia soplen más alto de la torre, todos los que han metido las piernas bajo una mesa en España lo saben: la cocina española no es inferior a la de sus vecinos más famosos. Devora estos platos y automáticamente mascullarás tus primeras palabras en español: ¡MAS POR FAVOR!

Churros

https://www.instagram.com/p/BgJY8IGFb_z/?tagged=churros Puede que ya conozcas esta bomba de calorías del parque de atracciones. Tal vez incluso una gurú de la dieta como Sonja Kimpen no pueda resistirse a estos rollos de masa frita alargados. Los españoles compran churros en puestos callejeros en fiestas o festivales, o comen este manjar en el desayuno. Con azúcar glas, chocolate caliente, dulce de leche o bañados en café, las posibilidades son infinitas. Al igual que se discute el origen de las patatas fritas belgas, el de estos churros tampoco está claro. Una teoría popular cree que los pastores españoles fueron los primeros en elaborar este manjar. Como éstos no podían dejar a sus ovejas para ir a por un pateeke a la panadería, buscaban otras formas de satisfacer sus ganas de dulce. Los churros resultaron ser una gran alternativa, ya que los pastores podían preparar fácilmente este "buñuelo español" en un fuego abierto en el campo.

Pulpo a la Gallega

https://www.instagram.com/p/BgJLf4dDNyX/?tagged=pulpoalagallega El pulpo es más sabroso en el norte de Galicia. Allí, los chefs locales han encontrado el tiempo de cocción adecuado, el momento exacto de transición entre la goma y el exceso de cocción. Se cocinan los calamares en una cacerola de cobre, se corta la carne con tijeras y se sazona con pimentón, sal gruesa y aceite de oliva. Tradicionalmente, este plato se sirve con pan en un plato de madera. Los tentáculos, en particular, son alimento para gourmets. La regla no escrita es que con el pulpo a la gallega no se bebe agua, se bebe vino tinto joven de la zona. Puede que no te importe.

Croquetas

https://www.instagram.com/p/BgJDY0Cgz3r/?tagged=croquetas Cada restaurante tiene su propia receta para hacer croquetas, a menudo un secreto bien guardado que se transmite de generación en generación. Hay algunas posibilidades, por ejemplo con patatas, queso, jamón o bacalao y salsa bechamel. ¿O qué tal una morcilla o un queso cremoso? Esos ingredientes se empanan y se fríen. Normalmente, las croquetas de un restaurante son un buen indicio de la calidad de la cocina, más que lo planchado que esté el avance del camarero o el precio de los platos del menú. Además, a menudo las croquetas son más sabrosas en las tradicionales cantinas baratas que frecuentan los españoles.

Patatas Bravas

https://www.instagram.com/p/BgJK8rCglY-/?tagged=patatasbravas Siéntase libre de llamar a esto la respuesta española a nuestras fichas. Es uno de los platos más sencillos y baratos, pero a la vez más sabrosos, de España. La salsa picante varía según la región. Los restaurantes madrileños sirven sus patatas bravas, por ejemplo, con una salsa de tomate con vinagre y pimiento rojo, pero la salsa de ajo también es siempre un buen acompañante. Este plato sabe mejor en un pub sencillo, en un bar de tapas o en una cantina donde el notario y el obrero de la construcción se sientan codo con codo, preferiblemente acompañado de una pinta fresca.

Cocido madrileño

https://www.instagram.com/p/BETfYRtgCEv/?tagged=cocidomadrile%C3%B1o Puede que no lo sospeche cuando se esté rehaciendo lentamente en una silla de playa en la Costa Blanca a 30°C, pero en algunas regiones españolas puede hacer bastante frío. Muchos españoles apuestan por todo tipo de guisos para calentarse en invierno. Afortunadamente, en España se cultivan muchas judías y verduras frescas que, combinadas con la carne, se prestan perfectamente a ello. Los guisos varían de una región a otra. Por ejemplo, los habitantes de la montañosa (y, por tanto, desgraciadamente fría y húmeda) Cantabria son unos enamorados de su cocido montañés. Otra variante popular es la fabada asturiana de Asturias. Pero en esta reseña optamos por un cocido madrileño de garbanzos, verduras como patatas, col, zanahorias y nabos, y la preceptiva carne. Grasa de cerdo, tocino, chorizo, morcilla o jamón serrano, todo le viene bien a este cocido madrileño. Puede que este plato exista desde la Edad Media, pero los madrileños son más aficionados a él que nunca.

Horchata

https://www.instagram.com/p/BgI5BeMD9Rd/?tagged=horchata Supongamos que estás en Valencia en verano y hace un calor agobiante (de hecho, siempre lo hace). Los estanques de tu axila hace tiempo que han dejado de ser estanques, más bien océanos, y te propones colgar un cartel de "piscina" junto a ellos y empezar a exigir el pago de la entrada. Y tienes sed, una sed tan aguda que un vaso de agua corriente no puede saciar. En resumen, necesitas desesperadamente un vaso de horchata, u orxata como la llaman los valencianos. La horchata está hecha de almendras, agua y azúcar; helada es maravillosamente refrescante. Los moros trajeron esta bebida a los lugares españoles y circulan muchas leyendas sobre el origen de su nombre. Nuestro favorito dice lo siguiente. Cuando una campesina le dio una copa al rey de Aragón, éste le preguntó qué era. Leche, respondió la chica. A lo que el rey respondió: " Açò no és llet, açò és OR, XATA !" Orte: esto no es leche, cariño, ¡es oro!" ni idea de si es cierto, pero al menos es una historia divertida. ¿Te apetece picar estos bocadillos todos los días? Eso no tiene por qué ser un sueño. E una segunda vivienda en España es menos inalcanzable de lo que se cree. N e contacte con Gold Estates sin compromiso y le ayudaremos en su camino hacia la casa de sus sueños bajo el sol. E n los platos de tus sueños, eso lo dice todo.

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